Bodas Secretas
El otro día estuve en una boda secreta (de mi jefe). La idea era que era una boda de la que se podía enterar cualquiera menos una persona, la Secretaria Loca. La Secretaria Loca debe ser medio bruja, porque no termino de llegar al Lugar de Trabajo (proveniente del Registro Civil de la calle Uruguay) que la Secretaria Loca me pregunta: "¿Qué venís, de un casamiento?" Yo me hice el boludo pero me muero de ganas de que se entere de que le ocultaron la boda para que se MUERA de odio. Yo no la quiero. Es mala, además de loca.
Por cierto, en la fiesta me pasó algo terrible. Me acuerdo hasta las 4 de la mañana, a partir de ahí, es todo un blanco. Eso parece que es común con la gente que bebe, pero a mí, que bebo como una cuba desde mi más tierna infancia, nunca me había pasado. Sentí como que me habían robado un pedazo de vida, pero me dijeron los otros invitados con los que tuve la oportunidad de hablar que no hice ningún papelón, hasta que llegué a mi casa y me desplomé en la puerta -según mi hermano-. (De todas maneras, tengo que aclarar que cuando me desperté estaba el traje bien doblado sobre la silla, osea que aún borrachísimo soy un chico ordenado.)
La verdad es que la sensación de angustia por el pedazo de vida que perdí todavía me tiene para el orto. Pasé un fin de semana de mierda, mucho dolor de cabeza. El champagne. Más la barra libre.
Todavía me duele.
La boda fue secreta también para mí, por lo menos en su última parte.
Por cierto, en la fiesta me pasó algo terrible. Me acuerdo hasta las 4 de la mañana, a partir de ahí, es todo un blanco. Eso parece que es común con la gente que bebe, pero a mí, que bebo como una cuba desde mi más tierna infancia, nunca me había pasado. Sentí como que me habían robado un pedazo de vida, pero me dijeron los otros invitados con los que tuve la oportunidad de hablar que no hice ningún papelón, hasta que llegué a mi casa y me desplomé en la puerta -según mi hermano-. (De todas maneras, tengo que aclarar que cuando me desperté estaba el traje bien doblado sobre la silla, osea que aún borrachísimo soy un chico ordenado.)
La verdad es que la sensación de angustia por el pedazo de vida que perdí todavía me tiene para el orto. Pasé un fin de semana de mierda, mucho dolor de cabeza. El champagne. Más la barra libre.
Todavía me duele.
La boda fue secreta también para mí, por lo menos en su última parte.