Colectivero Amoroso
Hoy me tomé el 17 para ir de Retiro a Recoleta y me encontré con una situación bien extraña. Endipronto, en Juncal y Libertad, el colectivero anuncia: "¿Quién iba a Juncal y Talcahuano?... Se tiene que bajar acá y seguir una cuadra, porque yo acá doblo". No me había recuperado de mi sorpresa cuando llegamos a Quintana y Callao y el colectivero nuevamente se dirige al pasaje: "¿Quién va al Village? Tienen que bajar acá y seguir por ésta dos más y una a la izquierda". Cuando la gente le decía "Gracias" el ponía su tono más bonachón y contestaba "Noooo.... de nada!!", como si realmente fuera lo más normal del mundo que un colectivero se porte así.
Miré hacia adelante y lamenté no tener celular con camarita, porque desde mi asiento se veía justo en el espejo retrovisor el juvenil y engorrado rostro del colectivero más amoroso del mundo, que no solo recordaba a dónde iba cada uno de sus pasajeros, sino que les indicaba cómo llegar desde el punto más cercano del recorrido hasta su destino.
Miré hacia adelante y lamenté no tener celular con camarita, porque desde mi asiento se veía justo en el espejo retrovisor el juvenil y engorrado rostro del colectivero más amoroso del mundo, que no solo recordaba a dónde iba cada uno de sus pasajeros, sino que les indicaba cómo llegar desde el punto más cercano del recorrido hasta su destino.
Labels: ciudad rara
5 Comments:
habría que llamar a la línea y felicitarlo por ese señor para que lo premiennnnnnnnn, porque eso es lo que merece...PREMIO!
ESO es grosez.
jaja, es genial que existan tipos asi!! estariamos fritos sino!
seguro le pega a la mujer.
Giorgio, yo había elaborado una hipótesis más tendiente a que estaba feliz por algo. Si le pega a la mujer, maravilloso, problema de su mujer, lo importante es que el servicio público lo preste bien.
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