Thursday, May 10, 2007

La última curda

En un tugurio(1) que cuenta con mi ausencia desde hace más o menos un año, la gorda Skavio se iba con un señor de su clase social y me aclaraba y me pedía permiso al mismo tiempo: "Me voy con él porque me tengo que ir, pero te amo a vos. "
La muzza se había ido con su novio luego de una pelea bastante jodida provocada por un servidor y la gorda y yo nos habíamos hermanado en la bronca que nos producía ese imbécil alérgico a los mariscos(2). Los tres nos teníamos un sincero afecto ajeno a los intercambios de fluídos que también compartíamos por motivo de nuestras respectivas soledades más que de reales ganas. Éramos tres personas patéticas en una ciudad llena de promesas pequeñas(3). A mi me hacía sentir menos solo compartir algunas noches con esas dos chicas de orígenes poco prometedores y futuros mucho menos. Sentía una especie de superioridad paternalista ante su procedencia más humilde y una especie de inferioridad paternalista ante su experiencia. No eran gente linda. Yo tampoco, claro, pero siempre me gustó la gente linda. Y sin embargo, cada vez que la vida me hacía una de las suyas tenía, aunque sea, el refugio de esta gente que hacía tiempo que no creía en las boludeces en que yo todavía creo. Todo eso motivaba el sincero afecto que te estoy relatando en estas líneas.
Esas palabras salidas del alcohol y la merca que le había convidado una morocha en el baño fueron las últimas de ese tenor que me dedicaron. En el momento, eran sinceras, tanto de su parte como de la mía, lo cual no quiere decir que al día siguiente lo siguieran siendo, la fugacidad siempre fue parte del trato.
De todas maneras, si es por fugacidad, en este momento siento una ¿fugaz? desesperación que muy bien podría paliar con esas dos personas de cuya vida nada se ya. Lo cual me pasa con toda la gente con la que comparto algo fuerte (4),

(1) Tugurio que luego se puso bastante de moda, hay que reconocer.
(2) Nos parecía indignante que no comiera almeja.
(3) Las promesas grandes ya nos habían desilusionado hacía mucho.
(4) Por otro lado, la gente con la que comparto cosas nada fuertes, nada intensas, está ahí desde tiempo inmemorial y seguirá estando. Ojo, no es que no les tenga sincero afecto, pero no se si más sincero que el que viene con la noche y se va con el día.
Suscripto amorosamente para el espectador curioso por Martino a las seis de la mañana y, una vez más, no estudiando en momentos críticos.
Martino que, por lo demás, está hecho mierda.

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3 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Mart, ya quise comentar pero por algún motivo no tengo éxito.
Tenemos que hablar! No porque se fueron todos sino porque tengo news (y vos seguro que también).
Besito

7:20 PM  
Blogger Ane said...

Cruel destino el de los tugurios venidos cuul...

7:30 PM  
Blogger Martino said...

Espero que las news sean que me conseguiste un trabajo mejor, una pócima de la felicidad o un departamento en la calle Posadas.
Yo mañana doy el último parcial.

7:58 PM  

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