Wednesday, July 04, 2007

Virus Hospitalario

Yo estudié medicina. En mi cabeza inmadura, yo creía que podía estudiar esa carrera y no me iba a morir de la angustia. Por suerte cuando estudié esa carrera reflexioné: "Acá te tenés que romper el orto estudiando y encima después tenés que trabajar en un hospital lleno de gente que, no contenta con estar enferma, además es fea". El proyecto no me gustó y decidí cambiarlo por uno mucho menos serio, si bien más glamoroso.
Hoy confirmé mi especulación, ya que tuve que ir a hacer una diligencia al hospital Argerich, en el queridísimo barrio de La Boca. Tengo que decir que las condiciones del hospital son excelentes, que está pintadito, con suficiente mobiliario para que la gente no espere parada, y que el edificio, si bien laberíntico, no es estrictamente feo. Creo que hasta los médicos son buenos en su trabajo.
Sin embargo, se trata de una monstruosidad de cemento llena de olores extraños, de desinfectante mezclado con ancianos en descomposición, con gente comiendo facturas en los pasillos de la guardia y señoras mayores vomitando inconscientes en el piso. Cada bocanada de aire te da la sensación de que un ejército de gérmenes te invade las vías respiratorias para infectar todo lo que encuentren a su paso. No está bueno.
Pasar un rato en ese lugar me deprimió tanto que no me puedo imaginar lo que habría sido como médico, pasando doce o catorce horas diarias a cargo de la reanimación de ancianos, el cuidado de indigentes y la atención de partos adolescentes.
Me alegra saber que elegí bien.

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