Por el orden:
Ayer fue el día de la primavera/estudiante y el aluvión zoológico invadió palermo con sus polleras cortas e inquietantes y sus cajas de cartón conteniendo diversas sustancias químicas. Esto tuvo un impacto sobre la densidad de población de la zona de la Facultad de Droit, a las puertas de cuyos estacionamientos suelen formarse largas filas de vehículos, especialmente al acercarse las 18:30, que es la hora de cursada más caudalosa en alumnos. Habitualmente, si uno llega a las 18:15 ya es imposible entrar sin 20 o 30 minutos de cola, pero si uno llega antes de las 18 puede entrar sin problemas y esperar en el auto estacionado a que se haga la hora mientras escucha Tarde Negra. U otra audición radial. O incluso un casét o cd, si uno es rico, que no es mi caso.
Ayer no. Ayer llegué a las 17:40 y ya había una cola de más de 10 autos esperando para ingresar (el ingreso ocurre a medida que va quedando lugar libre). Detrás del mío, otros autos se iban formando sobre Figueroa Alcorta, respetando las normas consuetudinarias que rigen el ingreso. Lo que ocurrió es que más o menos al llegar yo a la barrera de ingreso, algunos vehículos no familiarizados con la normativa, o acaso indiferentes ante ella, decidieron que no hacía falta respetar el orden de la fila e intentaron "colarse" por los costaditos. Esto les fue impedido hasta cierto punto, pero uno que había metido su trompa con calzador entre mi auto y el que me precedía logró imponerse adelante mío.
Aquí ocurrió lo llamativo: Empezaron a llover bocinazos, gritos, escándalo, un reproche social inaudito (para lo que es ese antro). El señor colado hizo oídos sordos o bien caso omiso, o ambas, y se mandó nomás sin que le importara nada el reproche a su conducta poco respetuosa para con los derechos de los demás.
Esto, en principio, parecería mostrar que todos estos pequeños burgueses tienen un sentido de la justicia y el orden social y consideran que, en principio, ciertas cosas se deben hacer de acuerdo a ciertas normas, de modo de garantizar una especie de igualdad frente al parking: el que llega antes, entra antes.
Por la anarquía:
Por el lado opuesto, el otro día escuchaba cómo una gente de Belgrano (y sí, Belgrano, qué se puede esperar) se quejaba de que un guardia urbano les había indicado cómo cruzar la calle. Era enorme su indignación ante estos "mimos con sueldo del estado"(sic) que, para ellos, no cumplen ninguna función real ni tienen legitimidad para indicarle a la gente que debe cumplir ciertas leyes. Su falta de legitimidad se encuentra en el hecho de que su ropa tiene más de un color, según entendí. Aparentemente, sí tendrían legitimidad para hacer cumplir la ley los policías federales, acaso por tradición, acaso porque van calzados (1). Me pareció una incongruencia que se quejaran de que había personas dedicadas a mantener un orden en lo cotidiano, similar al que habría hecho falta en el parking el día de los bocinazos. No es necesaria un arma reglamentaria para decirle a la gente que se suba al cordón o que no tire basura, y si lo hicieran los policías imagino la queja indignada: "¿Por qué no van a perseguir a los chorros?".
Esta actitud parecería una preferencia por cierta anarquía en cuanto a determinadas areas, como el orden del tránsito, o bien cierta pertenencia a una aristocracia, en el sentido de "que los demás cruzen bien, yo estoy apurado". No voy a discutir si tienen razón o no en cuanto a la innecesidad de cruzar bien o en cuanto a su supra-normatividad, porque a lo mejor sí y a lo mejor no, pero en principio sí podemos hablar de una incongruencia. Cuando una persona los perjudica llueve el reproche social y cuando ellos joden a los demás vivimos en una sociedad demasiado opresiva.
(1). Sobre la coercitividad y el miedo:
Resulta oportuno entonces investigar por qué la diferencia de legitimidad entre guardias urbanos (representantes del Estado) y ratis comunes (representantes del Estado). Si los ratis son más legítimos por tradición, no parece que esa sea una tradición muy venerable. Por otro lado, si son más legítimos porque te pueden meter preso, son más legítimos porque te dan miedo, ya que en principio no te puden llevar preso por cruzar mal. Si son más legítimos porque van calzados, se trata de un fetichismo bastante curioso, y también fundado o bien en el miedo o bien en la creencia de que el que tiene armas la tiene más grande.
Solución:
Para darle legitimidad a la guardia urbana, deberían empezar a llevar gente a sus sedes y picanearla un poco, a cagar a tiros a los que tienen "pinta de chorro", a entrar con caballos y a los palazos entre las madres de plaza de mayo, a ir de civil y disparando en las concentraciones populares, a recibir un porcentaje de todo lo ilegal que se hace en la ciudad, a garantizar zonas liberadas para los chorros amigos, a violar trabajadoras sexuales como pago de protección.
En fin, a hacer todas esas cosas que hacen que los policías federales sean valiosos y los guardias urbanos no lo sean.
Labels: Noticias